viernes, 16 de marzo de 2007

H&M no respeta nada


H&M no respeta nada ni nadie. Me ha hundido la vida. Y lo que es peor. Mi imagen.

Me llaman. Al cine. Quedo. Me ducho. Ropa. Fondo de armario. Piensa cine. Ya. El jersey de rayas. El jersey de rayas del H&M me da un aire muy cinematográfico, moderno, arreglado. Cassual al fin y al cabo. Con qué. Con pantalones. Los roídos. Más moderno todavía. Y el toque final. Las gafapasta a toda pastilla. Ahora sí.

Me siento. Apago el móvil. Empiza la peli. Me siento raro. Me giro. Joder. Ostia. Joder. Ese de atrás lleva mi jersey. No, sus rayas son más anchas. No, el de atrás no. El de delante sí. Coño. Le veo perfectamente. Es mi jersey. No. Coño no. Es más pardo. Más como pardo. Sí. Imbécil. No es el mío. Pero espera. Este de la izquierda. Mis pantalones también son algo elásticos. Como los suyos. Me acaba de dar una patadita con... dios!!!!! son mis converse. Le miro. Se asusta. Joder, lleva gafas. Coño. No puede ser. No puede ser. Ese tío es yo. No, no, no... Mierda. Puto cristal.

Pero sí. Joder lo es. Ese tío es yo. Las patillas, las gafas, la trenca pos-soviética alemana-del-este, mis converse sucias, mi parche de las SS. Joder. Es yo. Qué fuerte. Tengo a yo a mi lado. Aunque si él es yo. ¿Yo quién soy?

Puto cristal.

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